El movimiento en contra de Educación para la Ciudadanía, lejos de haberse apagado, continúa. De hecho, siguen produciéndose sentencias favorables a los objetores, como la reciente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que por el enfoque de los recursos presentados (“contra el currículo y los criterios de evaluación de la asignatura”) ha desembocado favorablemente para los objetores, si bien el Tribunal Supremo podría anularlas próximamente.
Y si entre los objetores no se aprecian signos de derrota, tampoco entre los defensores de la asignatura de marras han bajado las espadas. El presidente de Andalucía, Manuel Chaves, sigue advirtiendo contra el “absentismo” a la clase de EpC, la Ministra Mercedes Cabrera hace lo propio. Pero además de los apoyos de las altas esferas, destacan por ahí -concretamente en El Plural– la campaña de la Federación Andaluza de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales, “Colegas”, bajo el lema “¿Educación para la Ciudadanía? Sí, gracias”, que se traduciría en charlas, talleres y carteles informativos para combatir el “acoso homofóbico” en las escuelas.
Entretanto, 127 nuevas familias han objetado en la Comunidad Valenciana y se ha convocado para el próximo 28 de marzo el I Encuentro de Objetores a Educación para la Ciudadanía de la provincia de Valencia, un acto semejante al que se celebrará en Madrid el 28 de este mes. Si algunos se han echado para atrás, otros se consideran vencedores, ya que como declaraba el Consejero de Educación, Font de Mora, todavía puede ser que el Tribunal Supremo “cambie el sentido del fallo y prohíba Educación para la Ciudadanía”.