Casi la mitad de los padres (un 46,6%) cree que la educación española tiene un nivel muy bajo y que se debería exigir más a sus alumnos. Eso es lo que ha puesto sobre la mesa el último estudio de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS), elaborado sobre una muestra de 820 padres encuestados. Sólo un 5% de estos consideraría que el sistema es demasiado alto. En lo referente a los motivos, existen posturas dispares: el 36% lo achaca al «poco esfuerzo» de los alumnos», un 11% a la escasa capacidad del profesorado, otro 11% al poco interés que merecen los contenidos que se imparten en colegios e institutos y un 3% a las políticas educativas del Estado.
La buena noticia es que una mayoría de padres (el 56%) consideran que se implican más en la educación de sus hijos, cuando en una encuesta del mismo organismo sólo el 39% reconocía ayudar a sus hijos en el estudio. Otro de los datos llamativos son los cambios que han sufrido los recursos educativos en los últimos ocho años. El uso de libros de texto abría descendido de 200 a 180, mientras que habrían aumentado en ese mismo período el número de alumnos con ordenador desde el 22 hasta un 77%.
Mientras se lanzan estas estadísticas, se celebra la Campaña Mundial por la Educación, coincidiendo con los actos de conmemoración del Día del Libro el pasado 23 de abril. La Coalición Española de la Campaña Mundial por la Educación (CECME), bajo el lema «Abre un libro, abre el mundo», ha contado con el apoyo de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega o los escritores Mario Vargas Llosa, José Saramago o Rosa Montero para manifestar su deseo de que la alfabetización cunda entre jóvenes y adultos de todos los países del mundo e instar a los representantes políticos a trabajar en esta dirección. La UNESCO estima que en la actualidad existen aproximadamente 70 millones de niños sin escolarizar y 771 millones de personas adultas que no saben leer ni escribir.